Cómo es de público conocimiento el restaurante y bar “Martinico”, de Leandro Panelli que tiene una trayectoria de más de 20 años, cerró sus puertas definitivamente el pasado sábado.
Vivimos momentos difíciles, nos duele la situación por la que todos estamos atravesando, pero cuando una puerta se cierra, el dolor y la angustia pesa aún más.
La actividad económica de los empresarios gastronómicos se ve en la lona, es imposible seguir costeando aportes, impuestos, alquileres, sueldos y una larga lista de obligaciones cuando el ingreso es prácticamente nulo ya que el modo delivery no llega ni al 10-15 % de las ventas; las vajillas se venden, familias quedan sin trabajo, los manteles se guardan, las puertas se cierran, los vinos ya no se descorchan y las luces se apagan.
El cierre de este lugar como el de tantos otros se lleva consigo no solo una entrada económica para distintas familias, se llevan una parte cultural de la ciudad, se lleva buenos momentos, ilusiones y esfuerzos.
Esto nos produce un dolor profundo como Asociación y familia hotelera gastronómica, y a su vez tiene que ser un llamado de atención para que apoyen y acompañen a uno de los sectores más golpeados por la crisis que trajo la pandemia. Queremos trabajar y seguir llevando buenos momentos, sabores chaqueños en cada comida, seguir usando las vajillas con nuestros platos, poner los manteles esperando la llegada de las familias y amigos, prender las cocinas y que las luces solo se apaguen hasta mañana.
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